lunes, 28 de octubre de 2013

Desencanto



Creo que estoy en medio de una grave crisis existencial. Debe de ser la crisis de los casi 40. Estoy muy desencantada con todo. Y veo que estoy cambiando en según qué cosas. Por ejemplo, con el tiempo me he convertido en más conservadora, me irritan mucho algunos rojos o algunos pensamientos de los izquierdistas. Ahora si defiendes la unidad de España eres una facha, y esto no solo te lo dicen los indepes catalanes, también te lo puede decir alguien que en su puta vida haya pisado Cataluña, solo porque la idea de España es para ellos la del aguilucho (huelga decir que muchos ni han vivido el franquismo, siquiera). Se piensan que los indepes catalanes y los políticos que defienden la independencia son guays porque quieren irse de la España casposa y retrógrada que representa la mayoría absoluta del PP. Cuando la realidad es que odian España, así, en general, y pensarían igual aunque España fuese una república presidida por la Pasionaria. También es típico de progres criticar al Real Madrid, como paradigma del puto facha rico derrochador, mientras que el Barça es lo contrario. Menuda mierda de idea… Estas facetas me joden sobremanera, pero el buenismo progre también me mosquea en muchos otros casos, hasta tal punto que a veces me entra como una inquietud cuando veo El intermedio, uno de los pocos programas de la tele que me gustan actualmente. Y también me pasa si leo el twitter del Escolar o el blog del Descodificador. Y, por el contrario, a veces puedo mirar 13tv o Intereconomía sin sonrojarme, es más, incluso a veces puedo estar de acuerdo en según qué cosas dicen. Me estoy moviendo de la izquierda al centro, sí, y tal vez como siga así, lo mismo defiendo la Iglesia, digo no al aborto y me pongo en contra del puto matrimonio homosexual aberrante de mierda. Debe de ser la edad… o el desencanto. Porque paralelamente si un grupo de ultraizquierdosos pegara fuego a empresarios, políticos, banqueros y tanta bazofia que hay, me pondría de su lado y los defendería. Porque esta crisis que está haciendo desaparecer la clase media es culpa suya y ya está bien de tragar como los borregos que somos.

También me pasa que gente que admiraba años ha me empieza a cansar, a hastiar, cuestiono sus creencias, razonamientos y hasta sentimientos. Lo que antes me podría parecer correcto, encantador o maravilloso, ahora me parece equivocado, carente de sentido o directamente me asquea. Y cualquier cosa que puedan decir o hacer me hace soltar la vena cínica y escépticamente levanto la ceja que ríete tú de la del Carletto y el Sobera juntos. Paralelamente, y en relación, mi misantropía se ha elevado hasta hacer saltar los límites de los grados de intensidad. Cuando conozco a alguien simplemente pienso “este tío/tía pertenece a la raza humana, ajá, por lo tanto es una puta mierda hasta que me demuestre lo contrario”. Bueno, eso era antes, ahora mi misantropía está tan disparada que he sustituido el “hasta que” por el “aunque”. Curiosamente mi consideración hacia los gatos sigue el camino inverso. Los amo y amaré aunque me encuentre con alguno que me arañe, me muerda y me mande al hospital toda sangrando. Y así es como me voy a convertir en la loca de los gatos. Conocer a gente nueva me hace arder el estómago; conocer a gatos nuevos me dibuja una sonrisa bobalicona.

Y tampoco le encuentro el qué a ver películas o series, o leer libros, ya rara vez alguno me gusta. Ni me engancha el fútbol (ni aunque ganara el Madrid). Hasta comer ya no me dice nada, y eso que lo único que tengo en común con el Junqueres ese es el volumen. Si es que hasta las Voll-Damm me dejan ya desencantada, con lo que yo he sido… (de borracha).

Estoy cambiando. Llámalo madurar. O tal vez llámalo incapacidad para ilusionarme por necrosis del corazón y miembros adheridos. O llámalo simplemente hostias que te da la vida.





1 comentario:

  1. A mi también me pasa eso de los libros, películas, series,... Me cuesta mucho encontrar alguno que realmente me sorprenda y me enganche. Tengo una sensación hastiada de que todo se repite y no aporta nada nuevo. Hasta el martes miré cinco minutos de Homeland y me entró mucho sueño y me fui a la cama!!
    En fin, la vida a partir de los 40 (a ti todavía te falta un poco) es menos ilusionante porque todo lo buenísimo que estaba por venir no se presenta y lo malo, en cambio sigue ahí o empeora. Será que la vida es así. Espero que este comentario no te irrite mucho, ya que me he dado por aludida sobre el hastío que te provocan mis opiniones políticas. Si te sirve de consuelo, el tema Catalunya-España a mi también me cansa ya. Un abrazo fatigado.

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